Con la excusa del Coronavirus y el encierro de la gente en sus casas, se llegó a una situación en la que los BC aumentaron la masa monetaria, y los Gobiernos a dar cheques estímulos y dinero gratis a los ciudadanos.
Esto, lógicamente, provocó una inflación galopante que llegó al 10% en la eurozona. Detener la inflación y la pérdida de confianza hacia el Estado y su impresión monetaria es un proceso difícil que pasa, tal y como está diseñado actualmente el sistema económico, por subir las tasas de interés.
Actualmente, nos encontramos en ese punto, altas tasas de inflación (a pesar de los datos que nos quiere vender el gobierno social-comunista) y una creciente tasas de interés (situada a día de hoy en el 4,25% en Europa).
La inflación que se dice que hay en España es de un 2% y la subyacente (quitando la energía y otros bienes más volátiles es de un 6%.)
La inflación subyacente fue un indicador que se creó en los años 70 (época de la mayor inflación del S.XX) para poder decir que la inflación no era tan alta. Ahora ocurre el efecto contrario. La subyacente es más alta. Esto, previsiblemente, provocará una nueva subida de la inflación hacia niveles de la subyacente o más altos; por lo que los tipos de interés tendrán que seguir aumentando (históricamente para bajar la inflación ha de situarse a niveles más altos que ésta). Estamos hablando de unos tipos de interés cercanos al 6-7%. De esta forma, los millones de familias que tienen una hipoteca a tipo variables, se verán obligados a destinar gran parte de sus nóminas y demás rentas de trabajo a pagar la hipoteca. Lo que a su vez provocará una reducción del consumo y una reducción de la inflación al ajustarse los precios a la reducción de la demanda.
Los que más sufrirán con esta subida de los tipos de interés son los que compraron casa recientemente con hipotecas variables, al tener que pagar esos interés tan altos en el sistema francés de amortización (las primeras cuotas de la hipoteca se componen de poco capital amortizable y muchos interés; y las últimas cuotas de la hipoteca se amortiza más capital y se pagan menos interés). Los mayores beneficiados, los ahorradores y los que inviertan en renta fija. Cuando baje la inflación además de aprovecharse de la renta de los cupones de Letras y Obligaciones, dichos activos aumentarán su valor al aprovecharse de una inflación real negativa (tipos de intereses más altos que la inflación).
Para optimizar esos rendimientos toca estar en liquidez hasta que los tipos de interés toquen techo.
Despierta, estamos en el presente.